sábado, 31 de diciembre de 2016

FELIZ AÑO NUEVO DE PARTE DE FUNDACIÓN PAZÍFICOS


Este proyecto empezó como una simple charla de amigos y colegas sobre que podríamos aportarle a la sociedad colombiana desde nuestra profesión, así surgió la idea de crear Fundación Pazíficos, una fundación que ayudará a crear una cultura de paz desde el aprendizaje y las experiencias. No ha sido un camino fácil, pero hemos contado con el apoyo de amigos, desconocidos, conocidos y nuestras familias que han creído en este proyecto que poco a poco se va consolidando y que confiando en nuestras capacidades, trabajo duro, esfuerzo, dedicación y con un poco de suerte lograremos ser un referente en cultura de paz a partir del 2017, a todos muchísimas gracias por creer en nosotros por apoyarnos, gracias por ayudarnos a creer en nosotros mismos y en nuestras ideas, desde lo más profundo de nuestros corazones, nosotros la familia de Fundación Pazíficos les deseamos los mejores deseos para el próximo año que todas las cosas bellas que desee su corazón se hagan realidad, Feliz Año Nuevo para todas y todos, bendiciones

viernes, 25 de noviembre de 2016

¿CON LA FIRMA DE ESTOS ACUERDOS SE LOGRARA TENER UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA?

Por: Stephany Collazos Cruz
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

Con la firma del acuerdo de Paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC-EP de “terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” llevado a cabo en Bogotá el día 24 de noviembre y dada las ultimas noticias de asesinatos y desapariciones a diferentes líderes de organizaciones sociales es casi inevitable que asalte la pregunta ¿Con la firma de estos acuerdos se lograra tener una paz estable y duradera?

No cabe duda de que es un avance que diferentes sectores del país – coincidencialmente los más afectados por el conflicto- deseen y respalden la terminación de este conflicto de más de 50 años por medio de una salida (acuerdo) política, por otro lado algunos dirigentes políticos desean y hacen todo lo posible para que esta salida no sea un hecho, ya que para estos no es beneficioso- dado que viven de la guerra- teniendo como resultado dos posiciones muy distantes en lo que respecta a el tema de la Paz en Colombia- que podrían ser abordada como “paces”-.

Dado el panorama de la situación del país y la posición del sector de oposición a los acuerdos – sin querer ahondar en el tema- que en ocasiones se puede tornar pesimista, por varias razones la primera es debido a las modificaciones que se realizaron a los acuerdos, las cuales creo afectaron  el espíritu de estos, la segunda es, la ola de asesinatos a líderes de organizaciones campesinas y sociales, desapariciones y asesinato a guerrilleros- estando en un cese al fuego bilateral- y una ultima la creciente apatía o indiferencia de una mayoría de ciudadanos que no se sienten identificados, afectados o recogidos por estas situaciones- con estos me refiero a las personas que se abstienen de ejercer su derecho a opinar, votar, etc-.

Podría llegar a la conclusión de que con los acuerdos por si solos no lograran consolidar una Paz estable ni muchos menos duradera, es más se podrían observar en la época del proceso de DDR de esta guerrilla diferentes conflictividades en los territorios – conflictos por agua, tierra, seguridad, ambientales entre otros- ya que ellos hacían las veces de Estado en esos territorios, y el Estado en sus diferentes niveles no cuenta con la fortaleza institucional para cubrir estos espacios dejados por la insurgencia – los cuales serán acaparados por otros actores-.


Es por esto que es necesario y vital para lograr la implementación de los acuerdos en cada territorio, según sus peculiaridades, necesidades y capacidades que las comunidades sean las que lleven el derrotero de este proceso, sin ellas es evidente y ademas comprobado dado los diferentes procesos de DDR en el mundo que podría fracasar el esfuerzo de una salida política del conflicto armado en Colombia. Espero es más anhelo que el Estado – aparte de proteger la vida de los lideres- respalde las iniciativas de las comunidades- guardias campesinas, mesas campesina, entre otras- para velar por la implementación de los acuerdos en los territorios, y que estas se apoderen y apropien de recibirá y acompañar la reincorporación. 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA POBREZA, RETO PARA UN ESCENARIO DE POST CONFLICTO

ARTICULO ACADÉMICO DE LA FUNDACIÓN PAZIFICOS.

Este es una pequeña mirada a las cifras de pobreza que deja la guerra contra los grupos armados en el país. 

Colombia se encuentra en una transición importante, el fin del conflicto con la guerrilla de las FARC-EP, una guerra de más de 50 años, oportunidad de creer en el cambio social, en la construcción de país y en la mayor oportunidad de reconciliación. Dentro de este conflicto han existido infinidad de problemas sociales, económicos y culturales que afecta aún gran número de colombianos; una de estas problemáticas es la pobreza. Por ello, pensar en la construcción de paz requiere construir oportunidades de erradicación de la pobreza y oportunidades de desarrollo y equidad para todos.

Hay que reconocer primero que este conflicto dejó 7.936.566 víctimas -según el Registro Único de Víctimas (RUV)-. Muchas de estas vivían en condiciones de desigualdad y pobreza en la zona rural, situación que se agudizó por el conflicto, en especial las millones de familias que fueron desplazadas hacia las principales ciudades del país, llegando a lugares con problemas socioeconómicos adversas que no permitían oportunidades de desarrollo y una vida digna, al igual que el 27,8% de personas en el país que se encuentran en pobreza.

La pobreza se convierte en un reto muy importante para un escenario de postconflicto, ya que construir un país pacífico requiere ir más allá de la reconciliación de sus ciudadanos y la ausencia de violencia, puesto que no podemos vivir en paz con hambre, sin educación, sin salud, sin vivienda, sin dignidad humana; la paz no será solo la ausencia del conflicto, la paz que se deberá alcanzar con equidad, prosperidad y desarrollo humano, más aún cuando nuestro país se caracteriza por ser,

El segundo país más desigual del continente americano, con un coeficiente de Gini de 0,552, con una población en situación de pobreza de 27,8% y en pobreza extrema de 7,9% (en 2014 la pobreza afectó a 13 millones de colombianos y en pobreza extrema 3.7 millones). A su vez, el Índice de Pobreza Multidimensional fue para el año 2015 de 20,2%, con mayor número de privaciones dadas por el trabajo informal (74,5%) y el bajo logro educativo (48,2%), además de brechas sociales entre la zona rural y la urbana, donde la zona rural presenta mayores privaciones conforme al analfabetismo, acceso a fuentes de agua potable y alcantarillado, condiciones de las viviendas y calidad de la educación. Es importante resaltar que uno de cada dos colombianos que habitan en zonas rurales es pobre, mientras que uno de cada cuatro que habitan en la zona urbana es pobre.

La pobreza en algunos territorios de Colombia están por encima del 50% de los habitantes, ejemplo de ello son los departamentos de Chocó, Cauca y Nariño, en ellos, quienes padecen esta condición en su mayoría son población Afrodescendientes y minorías indígenas. Por otro lado, el mayor número de personas en condición de pobreza se concentran en departamentos más prósperos -puesto que aportan el 50% del producto interno bruto PIB del país-, como lo es Antioquia y Valle del Cauca, así como Bogotá, concentrando el 25% de las personas pobres del país, indicadores que reflejan la desigualdad existente en los territorios.

Así mismo, la mayoría de la incidencia de la pobreza multidimensional se concentra en en el Pacífico colombiano con 33,8% de incidencia, seguido de la región Atlántica con 31,2% y entrever lugar la región central de Colombia.

Los hogares en pobreza en Colombia se caracterizan por, al tener una mujer como jefe de hogar la incidencia de la pobreza es del 31%, mientras que cuando es un hombre la incidencia es del 26,3%, pero cuando el jefe de hogar son jóvenes la incidencia aumenta al 32,1%, mientras que cuando los jefes de hogar son adultos mayores es de 22,4%.

Es así como, pensar en un escenario de paz con estas características de desigualdad, requiere empezar a trabajar por la erradicación de la pobreza y la desigualdad en nuestro país. Del mismo modo, el creer en la construcción de reconciliación debe contribuir con políticas de verdad y justicia, pero al mismo tiempo una política de la reconciliación, verdad, justicia y cultura de paz. Debe ser, entonces, una política de desarrollo humano para la creación de oportunidades e inclusión, ya que no podemos pensar en una Colombia en Paz donde existan aun personas que vivían en desigualdades económicas y faltas de oportunidades para vivir dignamente.

Para terminar, debemos construir sociedades pacíficas que tengan oportunidades de desarrollo para todos, que la ausencia de violencia está acompañada de la lucha constante por la desaparición de las grandes desigualdades de riqueza y oportunidades, iniciando con una formación educativa que permita desarrollar las capacidades esenciales para una vida digna que forme personas que respeten las ideas diferentes, con valores humanos, pensamiento crítico, recreación, cultura política, entre otros.

No hay sociedades en paz sin capacidades humanas.










jueves, 3 de noviembre de 2016

NOSOTROS

Tengan todos un cordial saludo de parte de todos los que trabajamos en la Fundación Pazificos 

Como algunos de ustedes saben Fundación Pazificos nace como un idea de fomentar, reproducir y fortalecer la cultura de paz, todo esto con el animo Colombia sea un territorio de paz y acciones de paz, algunos de ustedes se preguntaban quienes estaban detrás de esta idea y bueno aquí les presentamos un perfil de cada una de las personas que trabajamos aquí en Pazificos para lograr esa Paz estable y duradera que tanto queremos 

En el siguiente link podrán ver Perfiles Fundación Pazificos 

Luis Alfredo Quintero La Rotta
Representante Legal

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL PROCESO DE PAZ, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA SOCIEDAD CIVIL

Por: Jhon James Guerrero
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

Este artículo, aclaramos, no pretende exponer o mostrar algunos argumentos con un orden muy teórico, más bien se ubica en un lenguaje y argumentos comunes o sencillos que permitan mostrar, como si fuera un manual de algún elemento electrónico importante para el hogar, como los ciudadanos permitimos que los medios de comunicación, en un contexto donde poco le apostamos a que la lectura se convierta en nuestro cuento, sean mas importante de lo que algunos podamos creer y sean tan decisivos para mover masas y cambiar formas de pensar, y hasta perpetuar ideologías erróneas que permiten hacer lecturas de la realidad sociopolítica de manera equivoca.

Para nadie es un secreto que iniciado el mes de agosto de 2016, los medios de comunicación intensificaron de forma continua noticias relacionadas con el proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC-EP; teniendo presente que para ese contexto la institucionalidad estableció las fechas para las respectivas campañas a favor del sí y del no, lo que intensificaría, naturalmente, la difusión de tal coyuntura. Pero esto no es lo realmente importante en este artículo, es normal que las empresas encargadas del trabajo de difusión de las noticas establezcan como prioridad este tipo de temas por el momento histórico que se iba a vivir o, más bien, se vivió el 2 de octubre y que se marcó como el día de la refrendación por medio de un plebiscito en el que todos conocimos cuales fueron los resultados; de eso se trata el rating. Lo realmente trascendental del caso, lo que naturalmente es el problema central que acoge el artículo, es que para esos momentos era muy fácil encontrarse personas dialogando, debatiendo, charlando o discutiendo sobre los aparentemente pormenores del acuerdo final que, supuestamente, de forma detallada leyeron, pero poco después en la que se esperaba una arremetida de los opositores y una alternativa de solución del gobierno que se fue dilatando, apareció como si se tratara de un plan B o truco de magia un fuerte impulso de los medios de comunicación del proyecto de ley sobre la reforma tributaria; una arremetida del gobierno, si así se le desea llamar.

¿Será que fue una cortina de humo? o más bien ¿deberíamos creer que ese era el curso del proyecto (tiempos de debate en la legislatura) y que de forma casual los medios de comunicación intensificaron su trabajo en ese tema que, aparentemente, es igual de importante a la paz?. Llanamente, lo anterior obtuvo un efecto tan fuerte que, como si se tratara de una operación matemática donde ya el resultado estaba previsto, las personas olvidaron rápidamente, mucho más rápido de lo que duraron las campañas a favor y en contra de los acuerdos de la Habana, Cuba, todo lo relacionado con el proceso de paz gracias a la difusión de dicha reforma tributaria; como si se fuera borrado por arte de magia.
Ya el cubrimiento noticioso sobre el proceso de paz, aunque continuaría, ya no sería tan importante como un tema que verdaderamente afecta a la población: el dinero. De hecho, si nos vamos un poco más al detalle, aunque no hace parte del tema central del artículo, en este punto también sería importante preguntarnos ¿Cuál es la verdadera razón de ser de los medios de comunicación?, ¿informarnos o desinformarnos?. Lo preguntamos porque teniendo como base las campañas del no, basadas en mentiras, engaños, tergiversaciones, etc., impulsando temas que no estaban sujetos a los acuerdos (castrochavismo, ideología de género, etc.), fácilmente podríamos preguntarnos, adicionalmente, que es más importante ¿el dinero u obrar de forma ética?. Por ende, esto nos permite hacer una lectura de que tan razonables somos los ciudadanos colombianos para comprender un proceso sociopolítico trascendental y no dejarnos influenciar de forma errónea (porque también nos podemos dejar influenciar de forma positiva) por los medio de comunicación que impulsan noticas, artículos, cuñas publicitarias, etc., que, inicialmente, nos ubica en un contexto en el que tomaremos malas decisiones, y segundo nos impulsa a la desunión y afectación del tejidos social porque como lo logramos comprobar, el proceso de paz fue un tema que dividió al país.

De esta forma, debemos tener presente, por estos procesos que hemos traído en el artículo, en forma de aclaración, que el verdadero desarrollo profesional y social de los medios de comunicación y que nos parece importante traerlo a colación, porque va más allá del entretenimiento, es la formación y la educación. De esta manera, se comprende que los medios de comunicación son tan importantes que, como lo menciona Gutiérrez, Rodríguez y Gallego (2010; 270) en su artículo “El papel de los medios de comunicación actuales en la sociedad contemporánea española” en la revista “Signo y Pensamiento”:
Los medios de comunicación son contemplados, en la actualidad, como el primer poder dentro del mundo actual. Sin ellos, los acontecimientos que se vienen desarrollando, se podría decir, no existen.”
Ahora bien, prueba de la influencia de los medios de comunicación y la debilidad de los ciudadanos de permitirnos informarnos y reconocer cuando nos enfrentamos a tergiversaciones de la realidad, es la poca difusión que han tenido algunas iniciativas que lleven algunos meses, como lo representa los campamentos por la paz que se han venido descentralizando en las diferentes ciudades de Colombia, esperando pronta solución de los acuerdos para su implementación. El problema, que es bueno presentarlo, es que de tener la arremetida noticiosa de los medios de comunicación, con la misma facilidad con la que los colombianos dejamos de pensar en el proceso de paz, automáticamente esta iniciativa tendría más colaboradores porque se comprendería la magnitud del fenómeno que, aunque lo podemos hacer de forma individual, los medios de comunicación y los expertos que se muestran hablando nos lo hacen comprender como si entrara con sangre.

Gracias a lo que hemos venido mencionando, el tema central se ubica en los ciudadanos. En ellos reside, realmente, la capacidad de comprender los diferentes fenómenos sociopolíticos que hacen parte de nuestro contexto. Hacer ese tipo de lectura individual implica que comparemos, contrastemos, etc., diferentes fuentes que nos permitan tener claridad sobre ciertos temas en particular de orden nacional, departamental, municipal, y hasta comunal, que nos conlleve a hacer aportes positivos, así sea, a través del mecanismo por excelencia de la democracia como lo es el voto; que algunos lo ven como un instrumento muy sencillo y que no cuenta con gran incidencia más que para escoger políticos. Por consiguiente, en el contexto colombiano, como la misma historia nos la ha mostrado, los pueblos, naciones, países, etc., que no aprenden de sus errores están condenados a repetirlo y sobre todo, en especial a la sociedad civil, a ser dependientes.

En suma, aunque faltaría mucho por revisar para complementar aún más nuestro artículo, creo que es un escrito que puede poner a reflexionar a algunos ciudadanos del común sobre la importancia de la formación interior para tener lecturas reales, críticas y constructivas de nuestra realidad sociopolítica que, hasta cierto punto, como ya lo hemos mencionado en este y otro artículos, debilitan las iniciativas que realmente le apuntan al cambio del país, donde la historia nos ha mostrado que no hemos tenido un solo día donde la violencia no nos enmarque o nos identifique ante el mundo. 

sábado, 29 de octubre de 2016

ENTREVISTA LUISA FERNANDA GARCÍA CAMPAMENTO POR LA PAZ CALI

Por: Kelly Diaz 
Estudiante de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle
Continuando con nuestra serie de entrevistas a algunos jóvenes lideres y participantes del Campamento por la paz en Cali, Kelly Diaz hablo con Luisa Fernanda Garcia estudiante de Trabajo Social en la Universidad Católica, ella hablo sobre lo que busca el campamento por la paz y lo que viene como movimiento 



viernes, 28 de octubre de 2016

ENTREVISTA ALEJANDRA GALEANO CAMPAMENTO POR LA PAZ CALI

Por: Kelly Diaz 
Estudiante de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle
Continuando con nuestra serie de entrevistas a algunos jóvenes lideres y participantes del Campamento por la paz en Cali, Kelly Diaz hablo con Alejandra Galeano estudiante de Ciencia Política en la Universidad Javeriana Cali, ella hablo sobre lo que busca el campamento por la paz y lo que viene como metodología de paz




ENTREVISTA JESSICA HERNANDEZ CAMPAMENTO POR LA PAZ CALI

Por: Kelly Diaz 
Estudiante de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle
Continuando con nuestras entrevistas a los estudiantes, victimas y lideres que hacen presencia en el campamento por la paz Cali, Kelly Diaz hablo con Jessica Hernandez Estudiante de Derecho de la Universidad Santiago de Cali y una de las lideres de este campamento ella nos contó cuales eran los objetivos de este y cuales serian sus estrategias para dar a conocer los acuerdos firmados en la Habana entre el Gobierno y las FARC 


miércoles, 26 de octubre de 2016

ENTREVISTA GISELL CARABALÍ CAMPAMENTO POR LA PAZ CALI

Por: Kelly Diaz 
Estudiante de Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle
Kelly Diaz estuvo el día de ayer en el campamento por paz, en la plazoleta de San Francisco, centro de Cali, conociendo sobre esta iniciativa de algunos jóvenes universitarios y victimas del conflicto, una de ellas Gisell Carabalí Rentería representante de unas las JAC de la vereda La Paz en el Naya 




jueves, 20 de octubre de 2016

SOMOS ESE PAÍS LLAMADO COLOMBIA

Por: Luis Alfredo Quintero La Rotta
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle
El tema de actualidad en el país, en las discusiones académicas, los noticieros, las charlas con los amigos y las reuniones familiares es el acuerdo de paz con las FARC, no hay un solo espacio de este país que no esté permeado por este tema, pero, algo curioso es que aún se siente ese ambiente de incertidumbre de realismo feroz que los colombianos nos negábamos a vivir, sí, lo digo porque a pesar de ser un país inmerso en un conflicto armado, de tener una alta tasa de criminalidad en las ciudades, vivimos en una burbuja en la que decimos “si no me pasa nada malo a mi o mi familia todo está bien”.
Vivimos en un país en donde el colombiano promedio lee un libro al año, que es nada comparado con otros lugares del mundo en donde se leen más de siete libros por año – y así pretendíamos que la gente leyera los acuerdos entre el Gobierno y las FARC -. Somos el país de los indignados virtuales, todo lo manifestamos por redes sociales, todos somos expertos a la hora de opinar sobre cualquier tema, hasta de como armar una bomba atómica sin ni siquiera tener idea de que es una bomba atómica. Somos un país en donde el 62,59% de las personas habilitadas para votar no lo hace, no tienen la madurez política y mucho menos el compromiso moral con las miles de víctimas directas o indirectas de este conflicto, y son estas personas las que primero salen a vituperar sobre el gobierno, la situación del país, a poner el grito en el cielo.
Somos el país más fácil de engañar, tan fácil de engañar que nos meten ideas inexistentes en la cabeza como las que utilizaron los promotores del NO; ideas reveladas por el ex-gerente de la campaña Juan Carlos Vélez Uribe miembro del Centro Democrático en una entrevista al diario La República. aquí un aparte del la entrevista en donde él habla sobre la estrategia de desinformación “¿Cómo fue la estrategia? - Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me pasó una imagen de Santos y ‘Timochenko’ con un mensaje de por qué se le iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla. Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130.000 compartidos con  un alcance de seis millones de personas.
Hicimos una etapa inicial de reactivar toda la estructura del Centro Democrático en las regiones repartiendo volantes en las ciudades. Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia  era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación. En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En cuanto al segmento en cada región utilizamos sus respectivos acentos.  En la Costa individualizamos  el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela.  Y aquí el No ganó sin pagar un peso. En ocho municipios del Cauca pasamos propaganda  por radio la noche del sábado centrada en víctimas.”
Aquí  como vemos claramente Vélez Uribe habla de que se buscaba desinformar al pueblo colombiano sobre los acuerdos, logrando su cometido al desinformar al pueblo colombiano ganando el NO, sin dejar de lado que esto influenció en gran medida a las personas que no acudieron a las urnas a votar, porque les genero apatía y un malestar de impunidad e incredulidad hacia los acuerdos.
Nosotros los colombianos nos quejamos de los políticos corruptos pero seguimos al servicio de ellos, al servicio de sus intereses personales. Nos gusta creernos los más “avispados”, como diríamos vulgarmente, pero en realidad somos unos “vivos-bobos”, llenos de ideas arcaicas, cegados aún por el fanatismo religioso que nos lleva a discriminar a nuestro prójimo, señalarlo y juzgarlo. Una “mojigatería” y “morrongueria” en la que se sataniza el querer enseñarle a los niños que las diferencias no son malas y que es deber y derecho como ser humano vivir una vida sexual responsable, esto que acabo de señalar se uso como argumento para impedir que se logre terminar con uno de los actores más importantes del conflicto; somos ese país en donde la cultura violenta está en nuestro ADN, que nos parece absurdo terminar un conflicto armado de más 50 años por la vía pacífica y del diálogo.
Esto es un problema netamente cultural, donde no existe una cultura de paz, una cultura que estimule el compromiso ciudadano a la participación política. Somos ese país que aún vive en ese letargo de ser el segundo país “más feliz del mundo”, pero tal parece que somos el más perezoso, rencoroso e indiferente ante el dolor humano del mundo; nadie nos quita ese primer lugar. Somos ese país en donde el “líder” del NO el senador Álvaro Uribe Vélez lanza unas propuestas que ya están desarrolladas en un acuerdo (que no es perfecto, pero qué es lo mejor y más sano que se pudo lograr), donde no propone nada nuevo, ni mucho menos nada relevante y que dice que si no se hace lo que él dice todo estará mal, cuando su campaña se basó solo en mentiras y calumnias. Somos ese país que decidió servir a los intereses particulares de esos políticos corruptos y grupos hegemónicos que tanto criticamos. Sí , somos ese país en el que tenemos el poder de decir basta a la violencia, basta a los muertos, basta de todo este dolor y sufrimiento que deja la guerra, pero unos cuantos decidieron decir NO y ganaron. Sí, somos ese país llamado Colombia.  

miércoles, 12 de octubre de 2016

ENTREVISTA NOTICIERO PAZIFICO NOTICIAS

De parte de todos los miembros de la Fundación Pazificos Damos las gracias al Noticiero Pazifico Noticias por abrirnos un pequeño espacio darnos a conocer y poder dar nuestras impresiones sobre lo que esta pasando con el actual proceso de paz, para verla solo deben hacer clic en el vinculo "ENTREVISTA PAZIFICO NOTICIAS", gracias a todos por su apoyo 

martes, 11 de octubre de 2016

MAS ALLA DEL SI O EL NO, MAS ALLA DE SANTOS Y URIBE…

Por: Jhon James Guerrero
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

Es usual hoy en día, y de hecho desde los días siguientes a los resultados del plebiscito, encontrar noticias relacionadas con las controversias generadas a raíz de las artimañas desarrolladas por el grupo de campaña del ex presidente Álvaro Uribe (que lograron convencer a un número grande de ciudadanos que votaron por él no, no por ser seguidores de sus argumentos estrictamente), con los estados de ánimo del grupo que rodea a todo el presidente Juan Manuel Santos y los ciudadanos que acompañaron su proceso en torno al sí en las urnas e, igualmente, artículos noticiosos que no solo se enfocan en las posibilidades con las que cuenta el país para darle viabilidad o salida al proceso de paz logrado con las FARC, sino también artículos que ponen en un nivel muy alto a dos personajes que, aunque quieren la paz, no concuerdan en algunas de las ideas plasmadas en dichos acuerdos y que, en algunos canales del orden nacional y local, ponen en evidencia aspectos que van mucho más allá de lo que los acuerdos en forma natural pueden mostrar.

Y, aunque para nadie es un secreto que esto es muy importante para conocer el rumbo, sobre todo a feliz término, que pueda tener el proceso de paz, en un contexto donde un nobel de paz otorgado al primer mandatario que puede significar dos cosas. Una, que la comunidad internacional requiere por parte del gobierno nacional sumar esfuerzos para darla salida positiva al proceso y, segundo, que la oposición tienda a dilatar aún más la coyuntura, buscando beneficios de orden estrictamente político, que para muchos no es nada raro que se relaciona con la nueva elección presidencial que se avecina, lo cierto es que la comunidad en general, no solo la nacional sino también la internacional, espera que la paz que el gobierno llama como “estable y duradera” se logre de la mejor forma o inicie su proceso con la desmovilización y la inserción a la legalidad de gran parte de los integrantes de las FARC. Por lo que en este punto, lo importante no es centrar la discusión en que personalidades recaiga la conducción del proceso o de quienes sean los protagonistas del sí y el no, lo verdaderamente trascendental es permitir que todo llegue a feliz término, buscando esa reconciliación no solo entre el gobierno y la oposición, entre el gobierno-la oposición y las FARC, sino también sobre los que en algún momento dijimos sí o no a los acuerdos de paz antes y después del plebiscito.    

Muestra de lo anterior han sido las diferentes manifestaciones por la paz que no contiene ningún tinte político o ideológico asociados al gobierno y la oposición, sino a una forma de pensar en la que el bienestar social se convierte en la verdadera consigna a replicar en todo el territorio nacional. Iniciativas que llevan a fortalecer lo anteriormente mencionado y en la que el verdadero protagonismo lo adquieren las personas del común que han sido víctimas directas e indirectas del conflicto, pero que razonan en algo particular: la paz. De esta forma, es muy importante preguntarse: ¿Qué tanto queremos la paz?, y no necesariamente se convierte en una pregunta dirigida al ciudadano común, que como lo he mencionado ha salido a las calles a elevar su voz por una causa que vale la pena y que el país requiere hace muchos años.

Por el contrario, es una pregunta dirigida a aquellas personalidades del orden político nacional, que es ahora donde realmente se sabrá el rumbo del proceso de paz, recordando que para ellos no sabemos qué tan viable sea dejar, nuevamente, en manos de la población una decisión de tal magnitud, y más ahora que los resultados del plebiscito del 2 de octubre puso en una posición privilegiada al grupo del hoy senador Uribe. Posición que han sabido manejar, pero que también ha dado ese impulso necesario para encontrar, cada día que pasa esta coyuntura, iniciativas que buscan sumar esfuerzos para el cambio nacional y mucho más ahora que se avecina una negociación otro grupo armado que en su momento dividirá al país en torno a esos acuerdos que se puedan lograr. Por ende, es una situación normal que la coyuntura del país transcurra de esta forma, pero si sería anormal que desde la posición del ciudadano del común pensemos que debemos replicar este tipo de actuaciones, por lo que estas palabras se convierten en una invitación a sumarse a los procesos sociales a favor de la paz.

En suma, habrá que ser pacientes, seguir informados y convencernos de que la paz es el verdadero camino para cambiar mentalidades, costumbres, actitudes, etc., que se asociación con aquellos aspectos que desintegran el tejido social y ayudan a perpetuar sentimientos de odio, resentimiento, entre otros., que durante muchos años se han interiorizado en algunos ciudadanos.



lunes, 3 de octubre de 2016

EL PAÍS DEL ABSTENCIONISMO Y LA APATÍA

Por: Marlon Octavio Bedoya
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

La República de Colombia es una Nación, la cual desde sus orígenes ha presentado una serie de hechos de violencia que se han extendido por más de doscientos años, cada constitución política fue precedida por una confrontación armada entre los adeptos de los grandes partidos políticos.

Este país, desde el 9 de abril de 1948 hasta la actualidad no ha tenido ni un solo momento de PAZ, todos los días durante 68 años se han presentado hechos de violencia política la cual ha destruido familias, ha dejado huérfanos, los padres han tenido que enterrar a sus hijos por el simple hecho de ser denominados como enemigos por unos hombres que se creen dioses de la muerte, que imponen su voluntad y siembran el terror por medio de la utilización de la violencia, el cuerpo de las victimas era utilizado para sembrar en el corazón de los hombres zozobra y tristeza, quien pensara diferente o fuese de un partido político contrario es una amenaza, la tolerancia política fue desapareciendo con el paso del tiempo y surgieron los colombianos sin conciencia política, apáticos a todo proceso político, los cuales consideran que esta no afecta sus vidas.

Muchos Colombianos crecieron teniendo la idea de que la política era mala, que de ella solo provienen cosas negativas, eso afecta nuestra vida, es mejor no inmiscuirnos en ella, porque podemos ser asesinados, este hecho de miedo a la política hizo que millones de colombianos el día 2 de octubre de 2016 decidieran quedarse en casa, ir a paseo de rió, a una piscina, a la finca, poner música a todo volumen y vivir sin preocupaciones ingiriendo licor, junto a sus amigos y familia, pensando como conseguiría dinero para las fiestas decembrinas que están próximas,  la postura de estas personas frente al plebiscito que refrendaban los acuerdos entre el Gobierno y las Farc, era simple en este país ha presentado una guerra durante cincuenta y dos años contra la Guerrilla de las Farc, se puede vivir en guerra durante otros cincuenta años al fin y al cabo esa supuesta guerra nunca me ha afectado a mi o mi familia, el problema de ese pensamiento egoísta e irresponsable podría llevar al país a un nuevo episodio de escalamiento del conflicto donde su familia puede salir afectada por las acciones de guerra que podrían ocurrir, ellos con su accionar dijeron no nos importa el futuro de este país, seguiremos sobreviviendo y viviendo nuestra vida. La paz no es importante.

La acción de 22 millones de colombianos que decidieron no ejercer su derecho al sufragio, pone en evidencia la apatía política que existe en este país, donde suelen haber más votos por un reality show en el cual no se decide el futuro del país, ni el futuro de las generaciones próximas que podrían haber tenido la dicha de nacer y crecer en un país sin guerra, en el cual se hable de un terrible episodio de violencia que afecto a miles de colombianos a lo largo y ancho de país, frente al cual se comprometieron todos y todas a no repetir la historia de violencia política que ha impedido el avance de la sociedad colombiana y su esplendor entre las naciones latinoamericanas.

Al lector de este escrito le digo, por favor reacciona, libérate de la apatía, conviértete en un verdadero ciudadano, por tus hijos o nietos apoya el proceso de paz, imagínate una Colombia en la cual los recursos no se destinen a la guerra, donde los niños no se acuesten con sus estómagos vacíos, las  madres no deban enterrar a sus hijos, la tolerancia y la paz reinen.

A PROPOSITO DEL PLEBISCITO

Por: Jhon James Guerrero
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

A propósito del plebiscito, y apartándonos claramente de las discusiones que pudo generar la realización simbólica de la firma del acuerdo logrado en la Habana, Cuba entre el gobierno de turno de Juan Manuel Santos, en representación no solo del Estado colombiano, sino también de un gran número de nacionales optimistas de un cambio y ruptura “positiva” en la historia de este país, con las FARC-EP en la grande y deslumbrante, por su carácter histórico, Cartagena de indias y no en otros espacios como el departamento del Choco, el Cauca, entre otros departamentos que la misma cartografía de la violencia ha referenciados como algunos de los de mayor desenlace del conflicto armado, era muy fácil escuchar a diario, y no necesariamente desarrollando un ejercicio investigativo, como los ciudadanos de a pie desplegaban una serie de argumentos a favor y en contra de los acuerdos pactados. Argumentos que se circunscribían no en un análisis detallado o, si se quiere, técnico y fundamentado de lo que verdaderamente iba a ser perjudicial o, en su defecto, positivo para el territorio, y ni mucho menos de que apartes debían ser corregidos de una forma estable (entendiendo que aquí lo que se estaba desarrollando era un juego de roles), sino más bien expresados desde un fuerte sentimentalismo que no, necesariamente, indicaba que hubiesen dedicado el tiempo suficiente para leer detenidamente el amplio contenido de los acuerdos, y connotando suavemente que el país “cuenta” con una amplia cultura de la lectura (el sarcasmo existe). Por ende, era una forma muy justificada de encontrarse este tipo de dinámica en cualquier espacio (calles, casas, salones académicos, etc.) del territorio nacional. 

En ese orden de ideas, los grandes adeptos del no, y no hago referencia a las cabezas visibles de algunos partidos y movimientos políticos y hasta religiosos del orden nacional que todos podemos deducir de quien o quienes se habla, por ejemplo, por el personalismo tan fuerte que se ha desarrollado en la política colombiana, sino del colombiano común y corriente, salieron a flote aspectos relacionados con las formalidades políticas, sociales y económicas de algunos países donde la derecha no ha tenido en los últimos 10 años, y probablemente más, la influencia y el poder que si se le ha quitado, o más bien, nunca se le ha otorgado a la izquierda en Colombia. Opiniones vagas en forma de argumentos muy “bien elaborados” relacionados con la no dejación de las armas por parte de este grupo ilegal, la no dejación del narcotráfico como fuente de ingresos, la no entrega de los niño, niñas y jóvenes reclutados de manera forzosa en el desarrollo de esta relación bélica de más de 50 años, entre otra serie de explicaciones que desbordaban y desvirtuaban el orden y la hoja de ruta establecida de forma progresiva en los acuerdos. En esencia, algunos podrían decir, especialmente los ciudadanos esperanzadores del cambio, que solo se convirtieron en ideas de personas que repetían los argumentos que se desarrollaban en los diferentes canales nacionales, personas que en su mayoría, por no decir en su totalidad, vivieron el conflicto por el mismo medio del que se informaron para ser fieles seguidores del no.   

Entre tanto, como no basta con hacer alusión a los del no, también es importante situarnos en la otra parte; los optimistas del sí. Fieles seguidores de la cultura de la no violencia que han comprendido que la paz no se consigue con la firma de unos acuerdos, pero que si es el paso inicial para llegar a ella. Paso importantísimo, que aunque no se logró el día 2 de octubre del 2016, si es de seguir aumentando los esfuerzos para desmontar progresivamente, bajo otro mecanismo, los grupos insurgentes como las FARC-EP, que es el de mayor pronunciamiento en términos de masacres, reclutamiento forzado, extorsión, minas antipersona, en general de un gran número de actos de violencia en el país. Por consiguiente, un movimiento, que si se toma los resultados del plebiscito, es igual o un poco mayor que el de los adeptos del no, pero que son aún más esperanzadores de que los cambios políticos, sociales y sobre todos en los corazones de los ciudadanos es posible.  

En este punto, es difícil incluir al gran número de ciudadanos habilitados para votar que no pusieron en funcionamiento el mecanismo de participación política por excelencia en una democracia (22.091.087 – 63.29%), porque sería muy fácil decir que no estaban de acuerdo con los acuerdos pactados, pero también es fácil interpretar que, al igual que el exceso de confianza del gobierno nacional pensando que ganaría el sí, es posible ubicar a muchos de estos ciudadanos en ese grupo de optimistas que creyeron que no era necesario su voto, o no era decisivo para un tema que se resolvería “solo”. Lo cierto es que, esto plantea no solo para la presente coyuntura nacional, por un lado, que tan importante se convierte dejar en manos del pueblo este tipo de temas, y del otro lado un fuerte trabajo, primeramente en educación general nacional, y segundo un trabajo en cultura política que establezca que es necesario conocer las posturas del ciudadano, independientemente de su decisión ósea, incentivar la participación política porque el abstencionismo fue extremadamente alto; situación que requiere de un análisis.   

Ahora bien, bajo esta mirada del SI y el NO es imposible no situarse en los resultados electorales del 2 de octubre, ya que nuevamente esa dicotomía que permitiría la incorporación de un bando de izquierda sumergido en la ilegalidad, a que haga parte de la institucionalidad y empleando medios alternativos y formales que se alejen de la violencia, adquiere un carácter territorial que invoca a una discusión entre los que han vivido en conflicto de forma directa e indirecta. A partir del trabajo realizado por la registraduria, donde el SI obtuvo el (49.78%) con 6.377.482 votos y el NO (50.21%) con 6.431.376 votos, es fácil notar que los grandes promotores del NO se ubicaron en los departamento de Antioquia, Santander, N. de Santander, Caldas, Cundinamarca, Tolima, Risaralda, Huila, Quindío, Meta, entre otros, que prácticamente comprenden la región andina (a excepción del Caquetá Meta, Casanare y Arauca donde también gano el no). A diferencia de los demás departamentos de las otras regiones donde gano el SI añadiendo a Bogotá que hace parte de la región andina, especialmente en departamentos azotados con una intensidad mucho mayor como el Valle, Choco, Cauca, Nariño, Putumayo, Amazonas, entre otros. Y esto es lo que ha permitido que en el ideario nacional, particularmente del ciudadano de a pie, persista y fácilmente se perpetúe la idea de que el odio, el rencor, el resentimiento, etc., prima en los corazones de los colombianos de quienes ven el conflicto por televisión y sobre todo la idea de una división entre el centro y la periferia.

Lo último importante por mencionar es que, el rumbo que coja este tema de los acuerdos de la Habana seguramente deberán incluir a los diversos sectores que hacen parte de la vida nacional, especialmente los defensores del no en cabeza el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, quien de una forma muy trascendental, aun así enfrentándose a sus detractores en los diferentes espacios visitados, fue el mayor vencedor de este proceso. Esto, probablemente, le generara un espacio de participación política que permita renegociar con las FARC-EP, y le genere protagonismo en la historia nacional del país, así sea fructífero o no lo que se logre conseguir del 2 de octubre en adelante. Discusión, en consecuencia, que seguramente en los diferentes espacios académicos e informales se desarrollara al igual que como se mencionó anteriormente con el tema del sí y el no.

En suma, con todos los problemas referenciados en este artículo y que no son suficientes para ilustrar esta coyuntura nacional, que no solo se ubica en la discusión previa al plebiscito, del plebiscito o sus resultados y venideros, aunque se busquen otras alternativas para darle salida a los acuerdos de la Habana, Cuba, que es el paso siguiente tras la puntada del No en las urnas, toda este juego previo al plebiscito del 2 de octubre sienta las bases sobre una discusión muy importante, y es: ¿Qué tan necesario era el plebiscito en este proceso?. Seguramente, se mantendrá la idea de que ese era el medio necesario para legitimación de los acuerdos, pero también tendrá cabida quienes piensen que permitir la que las mayorías voten en algunos aspectos trascendentales de la vida nacional sea un defecto en las democracias que se circunscriben en contextos donde ni tan siquiera la población cuenta con unos mínimos de formación educativa que permita entender la importancia de plantear cambios necesarios para un país, así se reconozcan que en algunos puntos, lo más probable, es que no estarán de acuerdo, aun así, los que promovieron el SI (igualmente otras discusiones asociadas).    


domingo, 2 de octubre de 2016

FUNDACIÓN PAZIFICOS LES DA LA BIENVENIDA

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