viernes, 25 de noviembre de 2016

¿CON LA FIRMA DE ESTOS ACUERDOS SE LOGRARA TENER UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA?

Por: Stephany Collazos Cruz
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

Con la firma del acuerdo de Paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC-EP de “terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” llevado a cabo en Bogotá el día 24 de noviembre y dada las ultimas noticias de asesinatos y desapariciones a diferentes líderes de organizaciones sociales es casi inevitable que asalte la pregunta ¿Con la firma de estos acuerdos se lograra tener una paz estable y duradera?

No cabe duda de que es un avance que diferentes sectores del país – coincidencialmente los más afectados por el conflicto- deseen y respalden la terminación de este conflicto de más de 50 años por medio de una salida (acuerdo) política, por otro lado algunos dirigentes políticos desean y hacen todo lo posible para que esta salida no sea un hecho, ya que para estos no es beneficioso- dado que viven de la guerra- teniendo como resultado dos posiciones muy distantes en lo que respecta a el tema de la Paz en Colombia- que podrían ser abordada como “paces”-.

Dado el panorama de la situación del país y la posición del sector de oposición a los acuerdos – sin querer ahondar en el tema- que en ocasiones se puede tornar pesimista, por varias razones la primera es debido a las modificaciones que se realizaron a los acuerdos, las cuales creo afectaron  el espíritu de estos, la segunda es, la ola de asesinatos a líderes de organizaciones campesinas y sociales, desapariciones y asesinato a guerrilleros- estando en un cese al fuego bilateral- y una ultima la creciente apatía o indiferencia de una mayoría de ciudadanos que no se sienten identificados, afectados o recogidos por estas situaciones- con estos me refiero a las personas que se abstienen de ejercer su derecho a opinar, votar, etc-.

Podría llegar a la conclusión de que con los acuerdos por si solos no lograran consolidar una Paz estable ni muchos menos duradera, es más se podrían observar en la época del proceso de DDR de esta guerrilla diferentes conflictividades en los territorios – conflictos por agua, tierra, seguridad, ambientales entre otros- ya que ellos hacían las veces de Estado en esos territorios, y el Estado en sus diferentes niveles no cuenta con la fortaleza institucional para cubrir estos espacios dejados por la insurgencia – los cuales serán acaparados por otros actores-.


Es por esto que es necesario y vital para lograr la implementación de los acuerdos en cada territorio, según sus peculiaridades, necesidades y capacidades que las comunidades sean las que lleven el derrotero de este proceso, sin ellas es evidente y ademas comprobado dado los diferentes procesos de DDR en el mundo que podría fracasar el esfuerzo de una salida política del conflicto armado en Colombia. Espero es más anhelo que el Estado – aparte de proteger la vida de los lideres- respalde las iniciativas de las comunidades- guardias campesinas, mesas campesina, entre otras- para velar por la implementación de los acuerdos en los territorios, y que estas se apoderen y apropien de recibirá y acompañar la reincorporación. 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA POBREZA, RETO PARA UN ESCENARIO DE POST CONFLICTO

ARTICULO ACADÉMICO DE LA FUNDACIÓN PAZIFICOS.

Este es una pequeña mirada a las cifras de pobreza que deja la guerra contra los grupos armados en el país. 

Colombia se encuentra en una transición importante, el fin del conflicto con la guerrilla de las FARC-EP, una guerra de más de 50 años, oportunidad de creer en el cambio social, en la construcción de país y en la mayor oportunidad de reconciliación. Dentro de este conflicto han existido infinidad de problemas sociales, económicos y culturales que afecta aún gran número de colombianos; una de estas problemáticas es la pobreza. Por ello, pensar en la construcción de paz requiere construir oportunidades de erradicación de la pobreza y oportunidades de desarrollo y equidad para todos.

Hay que reconocer primero que este conflicto dejó 7.936.566 víctimas -según el Registro Único de Víctimas (RUV)-. Muchas de estas vivían en condiciones de desigualdad y pobreza en la zona rural, situación que se agudizó por el conflicto, en especial las millones de familias que fueron desplazadas hacia las principales ciudades del país, llegando a lugares con problemas socioeconómicos adversas que no permitían oportunidades de desarrollo y una vida digna, al igual que el 27,8% de personas en el país que se encuentran en pobreza.

La pobreza se convierte en un reto muy importante para un escenario de postconflicto, ya que construir un país pacífico requiere ir más allá de la reconciliación de sus ciudadanos y la ausencia de violencia, puesto que no podemos vivir en paz con hambre, sin educación, sin salud, sin vivienda, sin dignidad humana; la paz no será solo la ausencia del conflicto, la paz que se deberá alcanzar con equidad, prosperidad y desarrollo humano, más aún cuando nuestro país se caracteriza por ser,

El segundo país más desigual del continente americano, con un coeficiente de Gini de 0,552, con una población en situación de pobreza de 27,8% y en pobreza extrema de 7,9% (en 2014 la pobreza afectó a 13 millones de colombianos y en pobreza extrema 3.7 millones). A su vez, el Índice de Pobreza Multidimensional fue para el año 2015 de 20,2%, con mayor número de privaciones dadas por el trabajo informal (74,5%) y el bajo logro educativo (48,2%), además de brechas sociales entre la zona rural y la urbana, donde la zona rural presenta mayores privaciones conforme al analfabetismo, acceso a fuentes de agua potable y alcantarillado, condiciones de las viviendas y calidad de la educación. Es importante resaltar que uno de cada dos colombianos que habitan en zonas rurales es pobre, mientras que uno de cada cuatro que habitan en la zona urbana es pobre.

La pobreza en algunos territorios de Colombia están por encima del 50% de los habitantes, ejemplo de ello son los departamentos de Chocó, Cauca y Nariño, en ellos, quienes padecen esta condición en su mayoría son población Afrodescendientes y minorías indígenas. Por otro lado, el mayor número de personas en condición de pobreza se concentran en departamentos más prósperos -puesto que aportan el 50% del producto interno bruto PIB del país-, como lo es Antioquia y Valle del Cauca, así como Bogotá, concentrando el 25% de las personas pobres del país, indicadores que reflejan la desigualdad existente en los territorios.

Así mismo, la mayoría de la incidencia de la pobreza multidimensional se concentra en en el Pacífico colombiano con 33,8% de incidencia, seguido de la región Atlántica con 31,2% y entrever lugar la región central de Colombia.

Los hogares en pobreza en Colombia se caracterizan por, al tener una mujer como jefe de hogar la incidencia de la pobreza es del 31%, mientras que cuando es un hombre la incidencia es del 26,3%, pero cuando el jefe de hogar son jóvenes la incidencia aumenta al 32,1%, mientras que cuando los jefes de hogar son adultos mayores es de 22,4%.

Es así como, pensar en un escenario de paz con estas características de desigualdad, requiere empezar a trabajar por la erradicación de la pobreza y la desigualdad en nuestro país. Del mismo modo, el creer en la construcción de reconciliación debe contribuir con políticas de verdad y justicia, pero al mismo tiempo una política de la reconciliación, verdad, justicia y cultura de paz. Debe ser, entonces, una política de desarrollo humano para la creación de oportunidades e inclusión, ya que no podemos pensar en una Colombia en Paz donde existan aun personas que vivían en desigualdades económicas y faltas de oportunidades para vivir dignamente.

Para terminar, debemos construir sociedades pacíficas que tengan oportunidades de desarrollo para todos, que la ausencia de violencia está acompañada de la lucha constante por la desaparición de las grandes desigualdades de riqueza y oportunidades, iniciando con una formación educativa que permita desarrollar las capacidades esenciales para una vida digna que forme personas que respeten las ideas diferentes, con valores humanos, pensamiento crítico, recreación, cultura política, entre otros.

No hay sociedades en paz sin capacidades humanas.










jueves, 3 de noviembre de 2016

NOSOTROS

Tengan todos un cordial saludo de parte de todos los que trabajamos en la Fundación Pazificos 

Como algunos de ustedes saben Fundación Pazificos nace como un idea de fomentar, reproducir y fortalecer la cultura de paz, todo esto con el animo Colombia sea un territorio de paz y acciones de paz, algunos de ustedes se preguntaban quienes estaban detrás de esta idea y bueno aquí les presentamos un perfil de cada una de las personas que trabajamos aquí en Pazificos para lograr esa Paz estable y duradera que tanto queremos 

En el siguiente link podrán ver Perfiles Fundación Pazificos 

Luis Alfredo Quintero La Rotta
Representante Legal

miércoles, 2 de noviembre de 2016

EL PROCESO DE PAZ, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA SOCIEDAD CIVIL

Por: Jhon James Guerrero
Profesional en Estudios Políticos y Resolución de Conflictos
Universidad del Valle

Este artículo, aclaramos, no pretende exponer o mostrar algunos argumentos con un orden muy teórico, más bien se ubica en un lenguaje y argumentos comunes o sencillos que permitan mostrar, como si fuera un manual de algún elemento electrónico importante para el hogar, como los ciudadanos permitimos que los medios de comunicación, en un contexto donde poco le apostamos a que la lectura se convierta en nuestro cuento, sean mas importante de lo que algunos podamos creer y sean tan decisivos para mover masas y cambiar formas de pensar, y hasta perpetuar ideologías erróneas que permiten hacer lecturas de la realidad sociopolítica de manera equivoca.

Para nadie es un secreto que iniciado el mes de agosto de 2016, los medios de comunicación intensificaron de forma continua noticias relacionadas con el proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC-EP; teniendo presente que para ese contexto la institucionalidad estableció las fechas para las respectivas campañas a favor del sí y del no, lo que intensificaría, naturalmente, la difusión de tal coyuntura. Pero esto no es lo realmente importante en este artículo, es normal que las empresas encargadas del trabajo de difusión de las noticas establezcan como prioridad este tipo de temas por el momento histórico que se iba a vivir o, más bien, se vivió el 2 de octubre y que se marcó como el día de la refrendación por medio de un plebiscito en el que todos conocimos cuales fueron los resultados; de eso se trata el rating. Lo realmente trascendental del caso, lo que naturalmente es el problema central que acoge el artículo, es que para esos momentos era muy fácil encontrarse personas dialogando, debatiendo, charlando o discutiendo sobre los aparentemente pormenores del acuerdo final que, supuestamente, de forma detallada leyeron, pero poco después en la que se esperaba una arremetida de los opositores y una alternativa de solución del gobierno que se fue dilatando, apareció como si se tratara de un plan B o truco de magia un fuerte impulso de los medios de comunicación del proyecto de ley sobre la reforma tributaria; una arremetida del gobierno, si así se le desea llamar.

¿Será que fue una cortina de humo? o más bien ¿deberíamos creer que ese era el curso del proyecto (tiempos de debate en la legislatura) y que de forma casual los medios de comunicación intensificaron su trabajo en ese tema que, aparentemente, es igual de importante a la paz?. Llanamente, lo anterior obtuvo un efecto tan fuerte que, como si se tratara de una operación matemática donde ya el resultado estaba previsto, las personas olvidaron rápidamente, mucho más rápido de lo que duraron las campañas a favor y en contra de los acuerdos de la Habana, Cuba, todo lo relacionado con el proceso de paz gracias a la difusión de dicha reforma tributaria; como si se fuera borrado por arte de magia.
Ya el cubrimiento noticioso sobre el proceso de paz, aunque continuaría, ya no sería tan importante como un tema que verdaderamente afecta a la población: el dinero. De hecho, si nos vamos un poco más al detalle, aunque no hace parte del tema central del artículo, en este punto también sería importante preguntarnos ¿Cuál es la verdadera razón de ser de los medios de comunicación?, ¿informarnos o desinformarnos?. Lo preguntamos porque teniendo como base las campañas del no, basadas en mentiras, engaños, tergiversaciones, etc., impulsando temas que no estaban sujetos a los acuerdos (castrochavismo, ideología de género, etc.), fácilmente podríamos preguntarnos, adicionalmente, que es más importante ¿el dinero u obrar de forma ética?. Por ende, esto nos permite hacer una lectura de que tan razonables somos los ciudadanos colombianos para comprender un proceso sociopolítico trascendental y no dejarnos influenciar de forma errónea (porque también nos podemos dejar influenciar de forma positiva) por los medio de comunicación que impulsan noticas, artículos, cuñas publicitarias, etc., que, inicialmente, nos ubica en un contexto en el que tomaremos malas decisiones, y segundo nos impulsa a la desunión y afectación del tejidos social porque como lo logramos comprobar, el proceso de paz fue un tema que dividió al país.

De esta forma, debemos tener presente, por estos procesos que hemos traído en el artículo, en forma de aclaración, que el verdadero desarrollo profesional y social de los medios de comunicación y que nos parece importante traerlo a colación, porque va más allá del entretenimiento, es la formación y la educación. De esta manera, se comprende que los medios de comunicación son tan importantes que, como lo menciona Gutiérrez, Rodríguez y Gallego (2010; 270) en su artículo “El papel de los medios de comunicación actuales en la sociedad contemporánea española” en la revista “Signo y Pensamiento”:
Los medios de comunicación son contemplados, en la actualidad, como el primer poder dentro del mundo actual. Sin ellos, los acontecimientos que se vienen desarrollando, se podría decir, no existen.”
Ahora bien, prueba de la influencia de los medios de comunicación y la debilidad de los ciudadanos de permitirnos informarnos y reconocer cuando nos enfrentamos a tergiversaciones de la realidad, es la poca difusión que han tenido algunas iniciativas que lleven algunos meses, como lo representa los campamentos por la paz que se han venido descentralizando en las diferentes ciudades de Colombia, esperando pronta solución de los acuerdos para su implementación. El problema, que es bueno presentarlo, es que de tener la arremetida noticiosa de los medios de comunicación, con la misma facilidad con la que los colombianos dejamos de pensar en el proceso de paz, automáticamente esta iniciativa tendría más colaboradores porque se comprendería la magnitud del fenómeno que, aunque lo podemos hacer de forma individual, los medios de comunicación y los expertos que se muestran hablando nos lo hacen comprender como si entrara con sangre.

Gracias a lo que hemos venido mencionando, el tema central se ubica en los ciudadanos. En ellos reside, realmente, la capacidad de comprender los diferentes fenómenos sociopolíticos que hacen parte de nuestro contexto. Hacer ese tipo de lectura individual implica que comparemos, contrastemos, etc., diferentes fuentes que nos permitan tener claridad sobre ciertos temas en particular de orden nacional, departamental, municipal, y hasta comunal, que nos conlleve a hacer aportes positivos, así sea, a través del mecanismo por excelencia de la democracia como lo es el voto; que algunos lo ven como un instrumento muy sencillo y que no cuenta con gran incidencia más que para escoger políticos. Por consiguiente, en el contexto colombiano, como la misma historia nos la ha mostrado, los pueblos, naciones, países, etc., que no aprenden de sus errores están condenados a repetirlo y sobre todo, en especial a la sociedad civil, a ser dependientes.

En suma, aunque faltaría mucho por revisar para complementar aún más nuestro artículo, creo que es un escrito que puede poner a reflexionar a algunos ciudadanos del común sobre la importancia de la formación interior para tener lecturas reales, críticas y constructivas de nuestra realidad sociopolítica que, hasta cierto punto, como ya lo hemos mencionado en este y otro artículos, debilitan las iniciativas que realmente le apuntan al cambio del país, donde la historia nos ha mostrado que no hemos tenido un solo día donde la violencia no nos enmarque o nos identifique ante el mundo.